Jesús R. Elías García Vicepresidente del Club |
Las calles aun no están puestas cuando nos disponemos a subirnos al bus de Epifanio para iniciar nuestra tercera experiencia de Mercados Navideños. El destino es Núremberg y Frankfurt. El madrugador viaje es tranquilo y se desarrolla sin ninguna incidencia, a partir de Benavente la nieve nos acompaña en los laterales de la carretera y la temperatura está rozando los cero grados.
Llegada a Barajas con tiempo suficiente para facturar y tomar un tentempié antes de embarcar en hora en un A321 de Lufthansa, dos horas y media para llegar a Frankfurt. Recogida de maletas, sin novedad, y buscamos a nuestra guía y al resto del grupo al que nos unimos para hacer el circuito.
Valery, de origen limeño, muy profesional y pendiente de todo. Un moderno autobús, de la Compañía Bohr (SIM MY 84) con todas las comodidades, al frente del mismo, Helmut. Iniciamos el camino hacia Núremberg, se nos hizo de noche en todos los sentidos, el cansancio ayudó a que los doscientos cincuenta kilómetros se hicieran eternos.
Hotel Derag Livinghotel Nürnberg. Reparto de habitaciones, subida de maletas y rápidamente al comedor para cenar. Tras la cena y dado que estábamos cerca del centro algunos viajeros nos decidimos a dar una vuelta a modo de primer contacto, con la ayuda del tiempo meteorológico y con esta hermosa ciudad, todo un descubrimiento por delante.
Tras un desayuno nada madrugador iniciamos la jornada de visita por la ciudad de Núremberg. Nos acompaña una guía española que nos va explicando la ciudad y aquellas referencias arquitectónicas dignas de mención. Tras conocer que somos muchos asturianos nos confiesa que de joven tuvo un ¨noviete¨asturiano. El recorrido a pie lo iniciamos en la parte más alta de la ciudad dominada por la mole de su castillo.
El castillo es una construcción histórica en roca arenisca en el norte de la ciudad. Se distinguen tres zonas: el Castillo Imperial ("Kaiserburg"), algunas construcciones de los Búrgraves o gobernantes de Núremberg ("Burggrafenburg"), y las edificaciones municipales de la Ciudad Imperial en la parte oriental ("Reichsstädtische Bauten"). El castillo conjuntamente con las Murallas de la ciudad de Núremberg destaca por ser uno de los sistemas militares medievales más considerables de Europa.
Iniciamos el descenso hacia la ciudad, con estupendas vistas y un sol primaveral. Todo es orden, limpieza y tranquilidad con turistas recorriendo sus calles estrechas y donde predominan las casas con vigas de madera incrustada en sus fachadas, tan características de estas latitudes. Nueva parada en la Plaza Tiergärtnertor donde se encuentra la vivienda de Alberto Durero, observamos una singular figura de una enorme liebre de grandes y cristalinos ojos. Continuamos descendiendo hasta contemplar la estatua de Alberto Durero que conmemora el 300 aniversario de su muerte. La fachada lateral de la catedral y el ayuntamiento.
Las primeras casetas de venta de productos navideños nos permiten recorrer el mundo al estar dedicadas a las ciudades hermanadas con Núremberg. Entre ellas destacar la de Córdoba que atiende una bonita cordobesa que acusaba el frío reinante. Y llegamos al corazón de la ciudad, la plaza Hauptmarkt, al menos en esta época, la vista se pierde entre casetas navideñas, debe estar toda la ciudad comprando accesorios y productos navideños, sin olvidar las salchichas y el vino caliente, tan característicos de estas fiestas. Tiempo libre para utilizar como cada uno entendía mejor aprovechado el sol que calienta y que extraña a los lugareños. Destacamos la iglesia de Nuestra Señora de Nurembuerg con su singular fachada y donde todos acudimos a la 12:00 para presenciar el reloj que funciona desde 1509. El Desfile de los hombrecillos, se trata de una mecanización en la que los 7 príncipes electores desfilan delante del emperador Carlos IV en conmemoración de la Bula de Oro de 1356, un conjunto de reglas promulgado por dicho emperador por el que se regulaba que este pudiese ser elegido sin intervención papal. De destacar también Schönner Brunnen, la Fuente Bonita, se trata de una fuente muy curiosa, hoy en día ni siquiera lleva agua y, como su nombre indica, bonita. Llama la atención por sus tonos dorados y las figuras que la adornan (40 nada más y nada menos), las cuales representan la filosofía, los 4 evangelistas, los 4 Padres de la Iglesia, los 7 príncipes electores o Moisés y los 7 profetas. Comemos en un bonito restaurante, Heilig-Geist-Spital, con una decoración muy vistosa, lo malo que el menú que tomamos no haya sido la mejor elección. No querer el pescado tuvo su premio, un plato de carne que cumplió con creces su cometido. Finalizada la comida la mayoría optamos por seguir pateando la ciudad, descubriendo lugares bonitos y edificios de diferentes épocas, perfectamente rehabilitados, con una luz que permite obtener unas fantásticas fotografías. Antes nos dimos una vuelta por Käthe Wohlfahrt, algunos teníamos referencia de sus artículos, pero casi todos hicimos compra. El Puente del Verdugo, de madera, peatonal y cubierto. Debe su nombre a que la torre contigua era el lugar en el que residía el verdugo de la ciudad en la Edad Media, identificada por un grabado en madera con una mano cortada por un hacha. Weinstadel, Antiguo Almacén de Vino se sitúa al lado del Puente del Verdugo, y es un bonito edificio con balcones de madera sobre el río. Fue un almacén de vino, de ahí su nombre. Trodelmarkt, islita en medio del río, cerca del Puente del Verdugo y el Almacén de Vino. Esta primera jornada nos ha permitido descubrir una ciudad conocida por sus famosos juicios a la cúpula nazi, que no deja de ser una anécdota en la historia de esta bonita ciudad alemana. Alrededor de una mesa de la cafetería del hotel intercambiamos todos estos pensamientos e ideamos finalizar nuestra estancia con una cena en el restaurante Kartoffel, un camarero español del hotel nos hace la reserva. No estuvo mal la cena aunque el deseo de Carlos de encontrar en la carta un codillo no se cumplió.
Dejamos Núremberg e iniciamos la jornada dirigiéndonos a Rothenburg ob der Tauber. Podríamos describirlo como un pueblo de cuento, tan solo faltaba la nieve para disfrutarlo plenamente, el bus se quedan fuera y nos adentramos en la zona amurallada que encierra el casco histórico. Todas las fachadas están súper arregladas y rehabilitadas, con sumo gusto, algunas tienen encima de la puerta un distintivo en forja que indica el uso que se daba a esa vivienda o local en la época medieval. Salimos por el otro extremo de la ciudad al Parque Burggarten, desde el que podemos ver el recorrido de una parte muy grande de la muralla con bonitas vistas sobre el río y los terrenos que circundan el pueblo. Regresamos al centro del pueblo para ver la iglesia de Santiago, Marktplatz y Rathaus, la plaza del mercado y el ayuntamiento. Tiempo libre hasta la hora de la comida. Estamos en el pueblo donde se fundó Käthe Wohlfahrt por lo que no podíamos faltar a la cita. Tres pisos, la variedad es tal que no es posible verlo con detenimiento porque se necesitaría al menos el día entero. No quedó otro remedio que hacer una pequeña inversión.
El restaurante elegido hoy para la comida se encuentra en la misma plaza del ayuntamiento, Ratsstube, mejor elección que ayer y además con alguna opción de cambio, bien. Tras la comida nos tuvimos que ir hacia el bus para continuar viaje hacia Würzburg. Comenzando a caer copos de nieve que se fueron incrementando paulatinamente, en poco tiempo la nieve tapó la carretera excepto por donde circulaban los coches, dos carriles perfectamente marcados, nadie pasaba de uno para otro por el riesgo de pisar un buen montón de nieve. A medida que nos acercábamos a la ciudad y como por encanto la nieve desapareció y realizamos la visita sin ningún problema eso sí con bastante frío.
La capital de la Baja Franconia nos recibe frente a La Residencia o Resindenz (Palacio de los Príncipes Obispos) es, sin lugar a dudas, el gran monumento que hay que ver en Wurzburg. Se trata de uno de los mayores palacios barrocos de Europa. Recibimos la pincelada de la ciudad y la explicación de este edificio frente a su fachada. Las luchas políticas entre la clase religiosa marcan la ciudad y sus monumentos, poco tiempo para esta ciudad por lo que tenemos que hacerlo a la carrera y sin entrar en ningún sitio. La Catedral de San Kilian, la iglesia de Neumünster (preciosa fachada), Marktplatz, plaza del mercado llena de puestos navideños y donde se encuentra la St. Mary's Chapel, el puente medieval Alte Mainbrücke, desde donde divisamos la imponente mole del palacio fortificado de Marienburg Fortress.
Continuación del viaje hasta llegar a Frankfurt y al Leonardo Royal Hotel, bastante alejado del centro de la ciudad, reparto de habitaciones y rápidamente a cenar, que estábamos casi fuera de hora. Para ser un hotel y cena de menú no está mal, es de agradecer algo caliente. El hotel es muy grande los pisos más altos permiten ver la ciudad y las habitaciones son amplias y en bastante buen estado, a pesar de que tiene ya algunos años. Dada la situación del hotel optamos por no ir al centro de la ciudad y tomarnos algo en el bar del hotel.
Otra intensa y larga jornada de mercadillos navideños que vamos a comenzar por Coblenza, perteneciente a la región de Mosela-Saar. La primera parada es en la confluencia de los ríos Rin y Mosela, ancho cauce y un gran caudal de agua que baja por ambos. Aparte de las fotos de grupo reglamentarias, con extraños incorporados, recorrimos esta zona que se conoce por el monumento al Emperador Guillermo I, El monumento del Deutsches Eck. A la Orden Teutónica se le concedió un espacio para fijar su casa de los caballeros alemanes (Deutschherrenhaus) justo en la orilla de ambos ríos, por lo que se le conoció más tarde como Esquina Alemana (Deutsches Eck). A finales del siglo XIX se construyó un monumento a la gloria del Imperio alemán(recientemente constituido gracias a Otto von Bismarck), cuya pieza central era una escultura ecuestre del Emperador Guillermo I de Alemania. Algún copo de nieve se estaba escapando mientras regresamos a la ciudad para visitar el mercado navideño que se extiende en la zona Plan, desde la iglesia Liebfrauenkirche hasta Jesuitenplatz, la plaza del Ayuntamiento y Münzplatz. Visitar de día no impresiona tanto como de noche, la iluminación le da un plus que los hace más bonitos e interesantes. Dada la hora, la del pincho en España, optamos por degustar una grande y hermosa salchicha con salsa picante.
Cochem, pequeño pueblo histórico de Renania Palatinado es la siguiente parada, este pueblo al igual que Coblenza y otras localidades forma parte del recorrido del Rin Romántico, que se puede hacer también disfrutando de un crucero fluvial. El pueblo se encuentra custodiado por el castillo (Reichsburg), estrechas calles con edificios singulares, el río transcurre con fuerte caudal por el lado del pueblo. La Plaza del Mercado y el Ayuntamiento, la fuente de San Martín y la iglesia del mismo nombre es el centro neurálgico de la población.
En un bonito y acogedor hotel restaurante de nombre Hotel Alte Thorschenke, enclavado junto a restos de la antigua muralla, sería la comida del día. La restauración sencilla pero muy del gusto de todos y en cantidad suficiente, los camareros sacados de una película del siglo pasado, sobre todo por la edad, porque eran súper educados y atentos.
Para acabar la jornada, ya dijimos que sería larga e intensa, Tréveris. Sin duda el mercado más multitudinario, la hora y festivo y el más luminoso y variado. Esta localidad y como curiosidad se encuentra a unos 9 km de Luxemburgo, 35 km de Francia y 50 km de Bélgica aquí nació Carlos Marx. Para adentrarnos en la zona peatonal y donde se encuentra el mercado nos encontramos con la Porto Nigra, es una puerta monumental construida en la época del Imperio romano que formaba parte de las fortificaciones de la ciudad de Tréveris (Trier). Es parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1986. Seguimos por la calle Simeonstrasse, a ambos lados negocios de todo tipo uno de ellos alojado en una casa singular, Casa de los Reyes Magos, a la que se accedía por la puerta, no puede ser de otra forma, pero situada en el primer piso, por lo que tenían que descolgarte una escala para acceder a la vivienda.
Llegamos al final de la calle para encontrarnos con la plaza Hauptmarkt o del Mercado, a tope de personas y de puestos navideños. Caminar con permiso del de al lado, por una estrecha callejuela nos acercamos a la plaza de la catedral de San Pedro a la que no pudimos acceder por estar en esos momentos en un acto religioso. A su lado la iglesia de Nuestra Señora. En el espacio que se encuentra frente a la catedral más puestos navideños, ambiente precioso, sin duda el más bonito y concurrido de estos días. Se nos hizo corto el tiempo en esta localidad.
Regreso a Frankfurt con una detención para repostar. Con cena libre y pocas ganas de ir al centro nos dirigimos a un restaurante que vimos al entrar en esta zona de la ciudad con buena pinta y de comida italiana. Isoletta, cenamos bien pero tras armarnos de paciencia para que nos tomaran nota, nos sirvieran, etc. unos pesados de tomo y lomo.
Nuestro último día en Alemania y parecía que nos marcharíamos sin ver nieve, bastante mientras viajábamos de Rothenburg a Würzburg, pero el resto nada de nada incluso sol. Hoy nos toca despedirnos de Frankfurt y lo hacemos con una visita panorámica, nos toca otro conductor y otro bus de la misma empresa (SIM MY 89). Una primera impresión es la convivencia de edificios históricos con grandes construcciones modernas casi todas sedes de entidades bancarias a nivel mundial. Ser temprano y festivo hace que haya poco tráfico y todo sea más cómodo para el conductor y nos permite ver más. Realizamos una pequeña parada para ver el edificio de la Vieja Ópera, Alter Oper, el edificio se construyó en 1873 pero en la segunda guerra mundial fue destruido casi por completo, en 1981 se acabó su reconstrucción, frente a ella una hermosa fuente a sus pies “Saludos de temporada y mejores deseos para el nuevo año”. Llegamos al centro histórico, aquí nos esperará el bus para ir al aeropuerto, a partir de aquí recorrido a pie. Comenzamos con la iglesia desacralizada de Paulskirche, en una de sus fachadas hay un grupo escultórico en cuyo pedestal figuran los nombres de los campos de concentración de la época nazi. Entramos en el edificio.Decorada en su interior por un mural circular con representaciones de la vida política alemana en 1948, actualmente se utiliza para exposiciones y eventos, aunque sigue teniendo el simbolismo histórico político de siempre. Salimos al exterior para ver la plaza Romerberg, en él está instalado una parte del mercadillo de navidad. Los puestos instalados nos impiden, con toda claridad, ver la belleza de sus edificios. La Römerberg es la plaza central de la antigua ciudad. Tan sólo quedó una casa en pie después de los bombardeos. Todos los edificios han sido recientemente reconstruidos siguiendo fielmente las imágenes de los antiguos. En la antigüedad era el centro neurálgico de la ciudad. Aquí se impartía justicia, se hacían ferias y mercados y se coronaba a los príncipes y emperadores alemanes. Actualmente aquí está el Römer, el Ayuntamiento de Fráncfort, el más antiguo ayuntamiento de Alemania. Data de más de 600 años. Continuamos con nuestro paseo llegando hasta Kaiserdom, la Catedral de Frankfurt de culto católico que también fue destruida durante la 2ª Gran Guerra y posteriormente reconstruida. Nunca fue sede episcopal por lo que el nombre de catedral es impropio. Sí fue escenario de coronaciones imperiales incluida la coronación de Barbarroja. A destacar las extrañas proporciones; tres naves longitudinales de pequeñas proporciones y un transepto que dobla la longitud del coro, destinado a albergar a los dignatarios que acudían a las coronaciones. Regresamos la plaza para disponer de tiempo libre hasta la hora de recogida del bus. Nos vamos a tomar un vino caliente en uno de los puestos mientras comienza a caer copos de nieve. Al enterarnos que en esta zona se hace sidra optamos por sidra caliente, mejor el vino, pero como hay que probar de todo, perfecto. La tentación me lleva a buscar un último detalle a la tienda de Käthe Wohlfahrt. Buscamos donde comer y vamos a un diminuto bar para comer a base de salchichas, Bar Hanz & Franz. Salimos para ir a tomarnos un postre, la calle está cubierta de nieve y sigue cayendo, cubriéndolo todo. Confitería Iimori, una delicia para poner punto final a este viaje, buen café y mejor trozo de tarta de las muchas que se podía escoger. Nos subimos al bus, todos súper puntuales como lo fue a lo largo de todo el circuito. Quería nieve y por fin ahí estaba y en cantidad, se aprecian dificultades para la conducción y en ese momento nos damos cuenta que el aeropuerto puede tener problemas. Llegamos sin novedad, largas colas, inmensas, son personas cuyos vuelos se han anulado, en busca de nuevas posibilidades de viajar. El nuestro parece que no está anulado, facturamos y pasamos el control de seguridad, bastante estricta, nos debió de tocar. Pasamos a las salas de espera y nos enteramos que nuestro avión está parado en Grecia, toda Europa con problemas. Hay retraso pero no anulación, menos mal. Nuevas noticias y buenas, nos ponen un avión del aeropuerto y embarcaremos en breve, tan solo dos horas de retraso. Vuelo tranquilo en el A321-200 “Herbach Odenwald”. El conductor que nos espera en Madrid está un poco desesperado por no saber nada de nosotros. Buena alegría nos llevamos todos al vernos. Subimos al bus y hacia Asturias. El temporal que azota Europa, que ocasionó todos los problemas de vuelos, se expresa con fuerza en la A6, zarandeando incluso el bus, vamos con máxima precaución. Una parada en el área de servicio de Palazuelo, ya lo habíamos hecho a la ida, para cumplir con las obligaciones del conductor. Servicio de 24 horas que nos permite tomarnos un bocadillo y algo caliente. Continuación del viaje para llegar a nuestras casas sin novedad y con la sensación de haber aprovechado los días y de haberlo pasado muy bien.