Jesús R. Elías Vicepresidente del Club de Viajes |
El punto de encuentro marcado en la hoja de ruta fue el aeropuerto de Asturias, donde a intervalos irregulares fuimos llegando las 16 personas que haríamos este viaje. Todos ellos éramos de Asturias a excepción de tres personas que provenían de Cantabria. Tras los controles de rigor y con un breve retraso un Boeing 737-400 de Enter Air, con más de veinte años en sus alas, nos llevaría sin grandes contratiempos a la capital de Chequia. Allí nos esperaba un microbús, donde las maletas cogían justamente, y nuestra guía Marie. Rápidamente nos trasladaron hasta el hotel Ángelo donde nos esperaban para ofrecernos una cena fría, aunque al final también había comida caliente, muy de agradecer. Reparto de habitaciones y todos a descansar, la noche y las dudas sobre la zona de la ciudad donde nos encontrábamos disuadió incluso a los más jóvenes.
El viernes y tras un suculento desayuno Marie nos recogió para llevarnos al barrio de Hradcany y comenzar con nuestras visitas culturales. Por la calle algo de nieve y sobre todo hielo en las aceras, en un día despejado, donde el viento pondría a prueba la ropa que llevábamos contra el frío, dichosa sensación térmica. Atravesamos el patio del Monasterio Strahovsky para acercarnos a un mirador donde nuestra guía nos fue poniendo en contacto con Praga, los diferentes barrios, los edificios más destacados y la arteria fluvial, el Moldava, con sus característicos puentes que unen ambas partes de la ciudad. Nos dirigimos hacia el complejo de edificios que forma el Castillo. La vista iba de un lado otro intentando captar las fachadas de los edificios, palacios e iglesias de diferentes estilos arquitectónicos, a cada cual más singular y perfectamente restauradas, e intentar comprender la importancia que debió tener esta ciudad en diferentes épocas anteriores. Desde la Plaza Hradcany pudimos divisar el patio de ceremonias y la fachada del edificio donde tiene su sede el Presidente del país. las fotos de rigor junto a los dos soldados que montan guardia a la entrada, ciertamente de elevada estatura, atravesamos la Puerta de Matías para llegar al segundo patio, donde hay un pozo del siglo XVII. Pasamos al tercer patio y nos encontramos con la imponente catedral de San Vito, debido a un acto institucional, tuvimos que dejar su visita para el día siguiente. Si la fachada resulta monumental no lo es menos el lateral con el Pórtico de Oro, destacando el mosaico y la ventana dorada de la torre. Aquí el frío, quizás más cortante debido al viento que soplaba, hizo que nos reuniéramos durante las explicaciones como si fuéramos jugadores de rugby a punto de formar una melé. Optamos por entrar a visitar el Palacio Real con su imponente sala de audiencias y una reproducción de las joyas que se utilizaron en la coronación de los reyes. Una parada paga gastar nuestras primeras coronas en chocolate, café, infusiones ….. cualquier cosa que nos diera algo de calor y mitigara el frío. Continuamos la visita por la Basílica de San Jorge, de estilo románico con un interior perfectamente conservado, donde pudimos admirar unas asombrosas pinturas. Para finalizar esta primera visita la Callejuela Dorada sucesión de viviendas habitadas por arqueros y herreros de la corte en el siglo XVI. En ellas observamos reproducciones de cómo se supone estaban amuebladas, aunque la mayoría hoy están dedicadas al comercio de artículos de todo tipo. Nuestra foto de familia se tomó al final de este recorrido junto a una estatua donde el efebo padeció de ciertos toques en una parte de su cuerpo un tanto malévolos.
Iniciamos el descenso de la colina hacia Malá Strana, donde residieron los aristócratas y buena prueba de ello son los innumerables palacios, iglesias y jardines de los siglos XVII y XVIII junto a pequeñas casas de artesanos y burgueses. Los primeros son en la actualidad sede de embajadas y edificios administrativos. ¡Todos al estanco!, venden billetes para los transportes públicos y a la tarde los vamos a precisar, el coste para traslados que lleven un máximo de 30 minutos de recorrido, son 24 coronas, algo menos de un euro. Continuamos hasta la iglesia Nuestra Señora de las Victorias donde se ubica la imagen del Niño Jesús de Praga que tantas connotaciones tiene con España, de donde procede tanto lo imagen como parte de sus ropas, siglo XVI. Callejeando nos acercamos hasta el Puente de Carlos, una pareja de novios sufrieron nuestras cámaras y miradas, siempre repleto de artistas con sus obras y de transeúntes. Sus estatuas, siempre con alguien a sus pies, especialmente aquellas que dice la tradición que hay que tocar para….. volver a Praga – tener suerte y todas esas cosas que se dicen. De aquí directamente a la plaza de la Ciudad Vieja (Staré Mesto), verdadero centro neurálgico del turismo de la ciudad y especialmente en esta época con el mayor mercado navideño de la ciudad. A las edificaciones existentes hay que sumar el enorme árbol de Navidad de 23 metros sobre el suelo y dos metros bajo suelo inaugurado hace unos días, repleto de bolas, colores y luces. Innumerables casetas de recuerdos, artículos de navidad y comida llenan el centro y aledaños de la plaza. A todo esto debemos sumar los innumerables restaurantes fijos y las visitas que cada hora congregan verdaderas multitudes para ver el reloj astronómico de la Torre del Viejo Ayuntamiento. Llegado a este punto consideramos que era un buen momento para comer, cada uno por su cuenta, aunque optamos por dividirnos en dos grupos. Las sopas fueron de lo más demandado, especialmente una de gulasch servida en una hogaza de pan convertida en plato y con la parte superior a modo de tapa, además de buena inflaba calor al cuerpo. La cerveza fue la bebida más demandada, no hay una igual, en algunos de los restaurantes es de producción propia, nada que ver con la que se toma en España, para gustos se hicieron: cervezas.
Tras la comida y sin tiempo para descansar, Marie es incansable – indomable e infatigable, continuamos la visitas, recorriendo las estrechas calles repletas de personas y tiendas de todo tipo para llegar a la Plaza de San Wenceslao, en la Ciudad Nueva (Nové Mesto). Segundo mercadillo de navidad por orden de importancia y tamaño con su más modesto árbol de Navidad, dominado, al fondo, todo ello por el imponente edificio del Museo Nacional y la figura ecuestre del santo.
Llega el tiempo libre, unos lo dedican a pasear, a mirar tiendas o simplemente a ver el ambiente de la calle, de las casetas y a los praguenses dedicadas principalmente a tomarse un aperitivo y hacerse fotos. Otros optan por ver un espectáculo de la Linterna Mágica. El regreso al hotel se hace en tranvía y con la nieve comenzando a caer en la ciudad. Nuevamente todos juntos para cenar en el hotel, al menos intentarlo, una horda de italianos, recién llegados, no dejaron nada o casi nada, y luego dicen que los españoles hablamos alto. Merecido descanso tras un intenso día, sin una concesión al descanso y tras caminar media ciudad.
Amanece con el suelo cubierto de nieve, para los que la vemos de vez en cuando, es bonito de disfrutar y las perspectivas que permite son preciosas. Tras el desayuno nos encaminamos a visitar la Catedral de San Vito, en su interior. La nave central llama la atención por su longitud y por su algtura, las paredes están cubiertas de numerosas y enormes vidrieras que la llenan de luz y color. De destacar la que se encuentra en el lateral del crucero central por su dimensión y colorido, dedicada al Juicio Final. Repaso pormenorizado de las capillas y de su contenido, podemos resaltar el bajorrelieve existente en una de las puertas interiores que dio pie a la expresión popular de “tienes el baile de San Vito”, haciendo referencia al martirio que sufrió el santo en una tinaja con aceite hirviendo. También podemos destacar la tumba construida en plata de otro santo, San Juan Nepomuceno, de origen checo y que es el patrono de la infantería de marina española.
Finalizada la visita nos esperan 125 kilómetros hasta nuestro destino de hoy Karlovy Vary, ciudad balneario famosa por sus aguas termales con facultades curativas para dolencias estomacales, principalmente. A medida que nos acercábamos a nuestro destino la nevada era más patente no dejando al descubierto nada del suelo y creando paisajes espectaculares. Para quienes no conocíamos esta localidad la vista fue llamativa, el río que parte en dos el valle, ambos lados con construcciones de fachadas a cada cual más bonita con decoraciones de todo tipo. En sus bajos infinidad de comercios de grandes marcas de alta costura, joyería, etc. según nos comentó Marie en la ciudad residen hoy innumerables personas de origen ruso con un alto poder adquisitivo. El paseo entre la nieve fue relajante y si se levantaba la vista al margen de otras construcciones el monte con sus árboles sin hojas cubiertos por la nieve ofreciendo un paisaje de Navidad acorde con nuestro viaje. Pudimos observar, en una de las distintas fuentes que se visitan, grifos por donde fluye el agua desde una temperatura de 72 grados que se reduce a 50 y finalmente a 30 grados y que se toma con unas jarritas muy singulares. Durante el paseo nuestro amiga Marina se hizo la gran constructora de bolas de nieve que por momentos alcanzó volúmenes importantes y donde más se parecía una “Colosa de Rodas” que una estudiante cántabra. Finalizado el recorrido nos fuimos a comer al Hotel Aura Palace, un acogedor comedor decorado con motivos navideños y donde dimos cuenta de una buena comida. Tras la misma tuvimos tiempo libre para pasear, comprar o lo que a cada uno mejor le pareciera. Marina volvió al lugar del delito y la enorme bola se convirtió en un muñeco enorme con ojos, boca, gorro, bufanda y paraguas, ¡bien por ella!. Regreso a Praga comentando la visita, la nieve y lo bien que se había pasado el día. El horario de la cena ajustado, permitiendo no coincidir con los italianos y que el buffet estuviera repuesto. Otro día de experiencias.
El tercer día de nuestro viaje nos traería a la memoria una triste época, la SGM y lo que es peor el trato dado a los judíos. Nuestro destino de hoy el barrio Josefov, cuyo principal contenido está relacionado con la importante comunidad judía asentada en esta ciudad desde tiempos lejanos, siglo X. Comenzamos su visita en el exterior de la Sinagoga Staranová y el edificio del Ayuntamiento judío, momento que aprovechó Marie para introducirnos en el tema y centrarnos en la religiosidad y creencias de los judíos. El siguiente paso fue entrar en la Sinagoga Maiselová, en su interior apreciamos muestras de la historia de las tradiciones y costumbres de los judíos en Bohemia y Moravia, con una rica colección de plata y textiles, candelabros y libros ceremoniales. Continuamos con la Sinagoga Española, rica decoración que recuerda perfectamente monumentos moriscos como puede ser La Alhambra. Repaso de las vitrinas, unas con recuerdos de distintas épocas y de las tradiciones judías, otras dedicadas a las condiciones de vida de los judíos en el tiempo del ghetto y a la utilización de la sinagoga como almacén de los bienes confiscados a los judíos praguenses. De destacar la singular estatua que se encuentra a la entrada dedicada al escritor Franz Kafka. La siguiente visita fue para la Sinagoga Pinkasova, en sus paredes blancas se encuentran detallados los nombres de los 78.000 judíos checos asesinados por los nazis, con una referencia a los diferentes campos donde fueron deportados. En el piso superior se pueden ver dibujos realizados por niños que estuvieron internados en el campo de concentración de Terezín. La salida de esta sinagoga se hace por el antiguo Cementerio Judío, multitud de lápidas en perfecto orden desordenado pudiendo ver grabados, en algunas, utensilios de trabajo para distinguir el oficio que practicaba el fallecido. La primera lápida data de 1439, se dice que hay unas 12.000. La última sinagoga en ser visitada la Klausova, también convertida en museo. Finalmente recorrimos, algunos de los viajeros, el resto ya estaba “roto” y optó por otros menesteres, el edificio de la antigua Sala Ceremonial y de la cámara mortuoria construido en estilo neorrománico. En la planta baja y en el primer piso se encuentra la sección final de la exposición Tradiciones y Costumbres Judías II. Dedicada a los temas de la enfermedad y la medicina en el ghetto, la muerte, los cementerios judíos en Bohemia y Moravia y las actividades de la Sociedad Funeraria. Nos encaminamos a comer y se decidió que la Plaza de Ciudad Vieja era el lugar ideal, para ello recorrimos la calle Pařížská, fachadas destacables y tiendas de principales marcas de ropa, relojes, joyería, etc. Nos marcamos un tiempo más que prudente antes de comenzar la visita de la tarde.
Tras la comida nos fuimos a completar el eje turístico que termina en la Plaza de la República y comenzamos por intentar ver el interior de la iglesia de Nuestra Señora de Tynem, pero en ese momento se encontraba cerrada. Bien cerrada se encuentra siempre al estar construida en un patio de edificios, se tiene que acceder por un pasadizo. El recorrido por la Uhelny Trh, con bonitas casas con blasones y esculturas en las fachadas, con comercios de decoración, artículos de regalo y como no alguna cervecería. Resultó relajante, había poca gente paseando, así llegamos a la iglesia de San Jacobo, para nosotros Santiago y de aquí a la Torre de la Pólvora, que fue utilizada como polvorín, de ahí su nombre. Accedimos a la parte que se puede visitar del edificio de la Casa Municipal hoy convertida en centro social. Cuenta con una fachada de art noveau, muy atractiva, en su interior destaca la Sala de Conciertos Smetana. Para finalizar este recorrido accedimos nuevamente a la Plaza Wenceslao a través de la calle, muy comercial, Na Prikope. Nuevo tiempo libre, casi le tenemos que decir que nos deje curiosear y que con tantos datos tenemos la cabeza hecha un lío. Cada uno optó, nuevamente, por lo que más pudiera interesar sabiendo que a las 18:00 salía el barco que nos daría un pequeño crucero fluvial por el Moldava.
Llegado el momento del nuevo reagrupamiento algún pequeño retraso y algún breve despiste hizo que Marie se pusiera atacada de los nervios pensando que pudiéramos perder el barco. No fue así y todos embarcamos sin novedad para hacer esta navegación fluvial por el Moldava. Una copa de “champán” y un atiborre de datos, quizás la llegada de la noche tan de golpe y tan temprano en esta época del año deslució la excursión, nos hizo desear llegar pronto al hotel. Una sopa reconfortante, que no podía faltar, y otras viandas para reponer la fuerzas perdidas en el día.
Y llegó nuestro último día en Praga, al menos por esta vez, que cada uno dedicó a recorrer la ciudad, realizar compras, degustar cerveza, en fin uno poco de todo. Por nuestra parte pudimos visitar una exposición de belenes construidos con los más diversos materiales y donde no faltaba ningún detalle. Por destacar una composición con personajes gitanos y la abundancia de figuras en madera de brujas, diablos y similares. La verdad es que no le preguntamos a Marie por la importancia de estos personajes en la cultura checa. Como fin de fiesta nos reunimos en la Cervecería U Fleku para comer. Mesas y bancos de madera, con diversos comedores, para ser lunes había bastante animación. La comida se dejaba comer y la cerveza negra de fabricación casera, estaba rica. El número de jarras que se iban consumiendo se anotaba en un papel en el extremo de la mesa, marcando una barra. Nada del otro mundo pero para ser un lugar tan turístico y que en todas las guías dicen no dejar de ir, estuvimos. Algo de música de acordeón y sobre todo el estar todos los compañeros de viaje juntos es un buen final. Regresar al hotel, todavía alguna compra en el mercadillo cercano al hotel y a esperar a Marie que nos acompañaría al aeropuerto. Con algo de adelanto sobre la hora prevista nos fuimos a coger el avión, un síntoma de la puntualidad extrema que todos los días hubo y eso que se utilizaron tres turnos de llamadas, eso sí con tan solo media hora de intervalo.
Trámites de facturación, control de DNI, control de seguridad y en tiempo y hora salida de nuestro vuelo con la misma compañía y en un avión de las mismas características. La llegada a Asturias en tiempo y todos a la cinta a recoger las maletas, desbandada general, casi sin despedidas pero en la seguridad de haber disfrutado de unos días agradables y en buena compañía. Cid y Tina, Javier y Beatriz, Jorge – Marisol y María, Paloma y Rosa, Adela y María José, José Antonio – Ana y Marina, Toñi y Jesús que os esperamos volver a veros en otro viaje organizado por nuestro Club.