CRÓNICAS 2010

FRANCIA

Carlos

Carlos Martínez Menéndez

Esposo de nuestra compañera Cati Outomuro, en Tesorería

PARÍS – BRETAÑA – NORMANDÍA – LOIRA

Bien, me ha tocado. Viso le encarga la crónica del viaje a mi mujer Cati y ella con voz melosa me la endosa a mi. Esta es mi primera “sorpresa”, se hace una crónica del viaje. En cualquier caso será “mi” crónica y cada cual tendrá la suya propia.

Día 1. Miércoles 16 de Junio. Paris.

Mi primer contacto con esta ciudad de ensueño lo podríamos titular: “un cateto en Paris”, o bien,  “un pueblerino en la gran ciudad”.
Después de un vuelo directo desde Asturias sin ningún contratiempo (no nos estrellamos ni nada) aterrizamos poco después del mediodía con un sol radiante. Ni los controladores ni los pilotos nos toman como rehenes. Esto es mucho más peligroso que el terrorismo internacional. Atrás quedaba el cielo encapotado y los desastres e inundaciones causados por las lluvias.
Paris es una ciudad enorme, con una extensión muy grande de no se cuantísimos kilómetros cuadrados y muchos millones de habitantes. Y no hablemos de su historia que cualquiera que le interese puede consultar en los libros. Más rigor creo que no se me puede pedir…
Dejamos las maletas y nos vamos a comer algo rápido por los alrededores del hotel. Con algo de mímica y euros en el bolso te entiendes con cualquiera. Primera gran dificultad salvada.
La segunda parecía más complicada: COGER EL METRO, debido a que el hotel quedaba muy lejos del centro en una zona que no tenía nada de particular. Algunos compañeros de viaje se quedan en el hotel viendo el primer partido de España en el mundial. Mi mujer me amenaza sin ninguna sutileza: venir a Paris a ver un partido “te mato”. Bien, nos dirigimos a la estación más cercana. Hay una ventanilla. “Du vilets si bu ple”. La buena señora nos intenta explicar algo pero negamos con la cabeza, solo queremos “du vilets” y punto. Muy contentos con esta proeza subimos al metro completamente realizados.
Cuando salimos de la estación en  Inválidos me empiezo a dar cuenta de lo que es esta ciudad. Los ojos abiertos como platos, en una zona preciosa, cruzamos el romántico puente de Alexandre III y nos pateamos los Campos Elíseos hasta el Arco de Triunfo. En la tienda de Louis Vuiton hay una larga cola para poder entrar, en fin, como decía el galo: “están locos estos romanos”. En la de Renault hay una televisión con el partido de la selección. Como la cabra tira al monte, finjo que miro algún coche. Seguimos empatados a cero.
Vuelta a la estación de metro. Todo el mundo haciendo cola frente a una máquina para sacar el billete. Nosotros no entendemos la jodida máquina a si que me dirijo a la ventanilla “du vilets si buple”, pero no cuela. La tipa de la ventanilla sin ningún miramiento me señala hacía la máquina con el dedo. Me faltó un tris para cagarme en todos sus muertos. A punto estuve de decirle a la chica que nos precedía en la cola que nos sacara los billetes, pero mi mujer no quería pasar por semejante humillación. Total, que nos plantamos delante de la máquina totalmente acojonados. Pero bueno, con un poco de paciencia conseguimos los tickets. La cara de satisfacción que teníamos cuando nos subimos al metro era para verlo. Nos sentíamos capaces de cruzar el Asia Central a pie siguiendo la ruta de la seda haciendo auto stop.
En fin una tarde inolvidable. Para más INRI cuando llegamos al hotel el ambiente era un tanto tenso entre los que se habían quedado a ver el fútbol. España había perdido el primer partido del mundial.
Al atardecer visitamos en grupo la Torre Eiffel. Aquí recibo mi primera lección del turista que hace un “tour turístico”: NO SE DEJA PASAR A NADIE. Viene esto a cuento porque casi pierdo el ascensor para  bajar de la torre intentando ceder el sitio a una señora con un niño en brazos que no paraba de llorar. Supongo que si la señora estuviera dando a luz seria lo mismo, se la aparta de un puntapié y listo que lo más importante es no hacer esperar a nadie en el punto de encuentro.
Después cenamos todos juntos y ya por la noche con una guía local, recorrido nocturno por Paris en autobús, con final a las 12 de la noche junto a la torre más universal, esta vez iluminada de forma espectacular. Delante de mi una señora se cae hacia atrás y se da un gran golpe en la cabeza. No me atrevo a auxiliarla ya que todo el mundo está ya montado en el autobús. El día había sido muy largo y todos estábamos agotados.

Día 2. Jueves 17. Versalles y más Paris.

Por la mañana visitamos Versalles entre una marabunta de turistas como nosotros. Íbamos  acompañados de nuestro guía Iván (apasionado de la cultura celta) y de Pablo un chaval muy joven que hacia su primer viaje en prácticas. Todos le cogimos mucho cariño sobre todo pensando en lo que le espera como guía profesional. Torear a un grupo de turistas, cada uno con unas expectativas distintas, en fin, no lo quiero ni imaginar. Que si madrugamos mucho, que si la comida no me gusta, que si tuvimos poco tiempo para sacar la foto, que a que coño nos traen a este sitio… Suerte querido Pablo.
Ayuntamiento de ParísVersalles muy bonito, algo pequeño, pero muy coqueto, no se si se me capta la ironía. Vimos la habitación del rey y la de la reina, nada del otro mundo. No tenían baños, ya se pueden imaginar… Todo este poderío apestando a mierda por los cuatro costados. Todas las estancias estaban atestadas de turistas como nosotros.
Nos habían advertido muy bien del peligro de los carteristas. La gente iba haciendo fotos a TODO y con esto quiero decir a TODO. Aquí también nos acompañaba un guía local que nos iba explicando toda la parafernalia que rodeaba la vida de la corte en este sitio. La ceremonia de la “levantá” del rey a la que asistían unos pocos elegidos y otro montón de ceremonias cada cual más ridículas que hacían la vida bastante insoportable. La sensación de grandiosidad lujo y refinamiento que transmite este lugar aún perdura. Al final pasó lo que tenía que pasar: les cortaron la cabeza, a los reyes ya me entienden.
Salimos de allí dentro a respirar aire puro y a comprobar si aún llevábamos la cartera encima. Los jardines muy bonitos también. Les hicimos una foto desde arriba, no había tiempo para mas. O hacías cola para hacer un pis o dabas una vueltecita por los jardines. La segunda ley del turista en un “tour turístico” es obviamente LA PUNTUALIDAD. Esta segunda ley es tan importante como la primera yo diría que aún más si cabe. Afortunadamente todos éramos extremadamente puntuales.
De vuelta a París, almorzamos en el barrio de Montmartre cuna del movimiento impresionista y pudimos ver desde fuera el estudio donde trabajó Picasso. Después visitamos la Iglesia del Sagrado Corazón (Sacré-Coeur)  y sus famosas escaleras. Desgraciadamente la llovizna nos acompañó todo el tiempo para regocijo de los vendedores de paraguas.
Ya a media tarde nos embarcamos en un Bateaux-Mouches para realizar un paseo fluvial por el Sena. Me llamó la atención unos japoneses que iban filmando todo el recorrido y haciendo fotos sin parar. Me los imagino de vuelta a casa con los amigos: “ahora vamos a ver las fotos del viaje a Francia”. Tres horas viendo fotos acaban con cualquiera. Debe ser por esto el alto índice de suicidios que tiene Japón. Que conste que este comentario no tiene ningún rigor científico, como casi todo lo aquí escrito.

Día 3. Viernes 18. Tenemos día libre.

Nosotros dedicamos la mañana a visitar el museo de d`Orsay.      Por la tarde nos acercamos a la hermosísima y coqueta Santa Capilla (Sainte-Chapelle)  y los alrededores de Notre Dame. 
Por la noche cenamos muy cerca del Folies Bergere. De vuelta al autobús mi compañero Roberto pasó un ligero aprieto con unos argelinos que celebraban el empate de su selección contra Inglaterra (menos mal que no habían ganado). No paraban de abrazarle y no nos lo soltaban, pero de “buen rollo”.
En fin Paris es una ciudad fabulosa, lástima que esté llena de parisinos.
A partir de aquí la locura: madrugón,  autobús, visita, comida y otra visita, después al hotel y así todos los días.

Día 4. Sábado 19. Paris – Le Mans – Nantes.

Catedral de NantesNos levantamos a las 6,30 de la mañana, para recorrer en autobús los 400 km que nos separan de Le Mans. Por el camino nuestro guía Iván nos hace un repaso exhaustivo de la historia de Francia con todo lujo de detalles. De esta forma nos enteramos muy bien de las luchas de Asterix contra Napoleón y como este logró derrotar a las tropas de Hitler durante la Guerra de los 100 años. En fin, algunos iban durmiendo, otros dando cabezadas. Todos menos yo, que no me dormí ni un instante, atentísimo a todo lo que nos contaba el bueno de Iván.
Llueve en Le Mans. Visitamos la catedral, el casco antiguo y la muralla galorromana. Después de comer deja de llover y el buen tiempo ya no dejará de acompañarnos el resto del viaje. Delante de la catedral hay un menhir igualito a los de Obelix.
Mas autobús. Llegamos a Nantes a primera hora de la tarde. Pasamos delante del monumento a los 50 fusilados por los alemanes. Al parecer la resistencia mató a un gerifalte de las SS y como represalia estos cogieron a 50 personas al azar y las fusilaron.
Esta ciudad es una de las que más me gustaron de todas. La fachada de la catedral es majestuosa y el Castillo de los Duques de Bretaña una preciosidad. La gente también es muy amable en comparación con Paris. Los estudiantes celebraban una especie de fiesta de fin de curso, a cambio de la voluntad, en nuestro caso un euro, te daban un trozo de pastel de chocolate y un condón. Que más se puede pedir.
Para terminar la jornada paseo en barco con cena incluida por el río Erdre. Pudimos contemplar un buen número de chateaux a orillas del río a cual más bonito.

Día 5. Domingo 20. Nantes – Vannes.

Salimos del hotel a las 8.45 de la mañana hacia Vannes. Por el camino Iván nos iba explicando todos los intríngulis de la cultura celta: los guerreros valientes, los sabios druidas, trisqueles, artesanía… Lo mejor la música celta que nos va acompañando durante el trayecto.
La primera parada es en los megalitos de Locmariaquer con su gran Menhir partido en cuatro trozos. Mide más de 20 metros y pesa unas 280 toneladas kilo arriba kilo abajo. El bloque de granito no es de la península de Locmariaquer y no se sabe como lo transportaron varios kilómetros ni cual fue la razón de que lo rompieran en cuatro trozos. Indudablemente aquellos hombres (también incluyo a las mujeres eh, que no se me rebote la ministra de igualdad) eran de otra pasta. ¿Se imaginan a cualquiera de los pollastres del Gran Hermano trabajando en algo? A que no.
Nuevamente autobús para ver los alineamientos de menhires de Carnac. Un lugar mágico sin duda, quizás un templo al aire libre, aunque nadie sabe que representan esas miles de piedras alineadas. Hacemos la fotito y a comer.
A continuación paseo en barco por el golfo de Morbihan (pequeño mar), con sus fuertes mareas y se puede apreciar restos megalíticos en alguna de sus numerosas islas.
Cenamos en Vannes, ciudad medieval con hermosas casas típicas de madera. Por cierto que durante la cena nos lo pasamos pipa con Charo y Mari Tere que nos contaron como a las chicas que no encontraban pretendiente había que mandarlas para Avilés. Por lo visto allí era más fácil la cuestión. En fin para partirse de risa.

Día 6. Lunes 21. Concarneau – Quimper – Locronan – Calvarios de Pleyben.

Nos levantamos a las 6.30 de la mañana. Primero visitamos Concarneau con su Ciudad Cerrada en medio del puerto. Seguimos en dirección a Quimper donde comimos una especie de salchicha rellena de callos “andouillete” creo que se escribe según me dijo mi compañero Alfredo que se lo sabe casi todo. No triunfó la salchicha, la mayoría quedaron en el plato. Yo que tenía bastante hambre me la terminé enterita. Impresionante la catedral gótica de St.-Corentin con sus dos altas torres. Es curioso comprobar como el eje de la catedral está torcido debido a que se construyó sobre los cimientos de dos edificios anteriores.
A las 2.45 salida hacia Locronan. Un hermoso pueblecito que parece mantenerse anclado en el tiempo con casas de granito de la época renacentista. Como turistas avezados que ya éramos, el pueblo lo recorrimos en un plis plas y dedicamos el resto del tiempo a lo único que se podía hacer: compras.
Salimos pitando hacía Pleyben y su Calvario. Esa noche cenamos todos juntos viendo el partido que ganamos a Honduras 2-0. Algunos compañeros (sobre todo Faustino) siguen despotricando contra el entrenador “que no tiene ni puta idea”.

Día 7. Martes 22 de Junio. Dinan – Saint Michel - St. Malo

Salimos de la zona bretona hacia el norte, zona gala. Destino Dinan en la costa norte. Construida a 75 metros sobre el nivel del rio Rance. Una de las más hermosas ciudades medievales, antigua ciudad de los Duques de Bretaña. Estamos en la zona de la Guerra de los 100 Años. En recuerdo de su héroe local Bertrand Du Guesclin y su combate con Thomas de Canterbory se celebra un torneo medieval los días 24 y 25 de Julio. Hay un motón de las típicas casas con entramados de madera.
Comemos justo antes de salir hacia Saint Michel. Aquí habría dos millones de turistas por metro cuadrado, aproximadamente, bajo un sol de justicia. La verdad me decepcionó un poco. No vimos la subida de la marea. Bastante había con la marea humana. Fotitos y a  salir pitando hacía St. Malo.
Foto de todo el grupo con Saint Michel al fondo.

Foto del grupo con Mont Saint Michel al fondo

St. Malo antiguo nido de corsarios. Arrasada en un 84% fue reconstruida tras la II Guerra Mundial según modelo del Siglo XVIII. Esta rodeada de unas playas muy bonitas.
Vamos a dormir a Dinart. Hay una estatua de Alfred Hitchcock que al parecer se inspiró en este lugar para su película “Los pájaros”. Es un pueblo muy bonito donde van a veranear los pijos.

Día 8. Miércoles 23. Rennes – Angers.

Rennes Rennes es la capital administrativa de Bretaña y donde esta el parlamento bretón. El bretón también es lengua oficial. Casco antiguo precioso con las típicas casas de madera. Visitamos el Palacio abacial de Saint-Georges, la Piscina de Saint-Georges, el Parlamento… todo de postal.
Después de comer salimos hacía Angers, capital de Anjou, a orillas del Maine. Entramos en el valle del Loira. Aquí podemos encontrar la “grandeur” francesa a base de castillos.
De Angers solo nos dio tiempo a visitar el castillo con sus imponentes torreones cilíndricos. Fue mandado construir por Blanca de Castilla. Dentro está el famoso tapiz del Apocalipsis. Del resto de la ciudad no nos dio tiempo a ver nada.
Aquí contábamos otra vez con las sabias explicaciones de una guía local llamada Odele. Era una delicia escuchar sus comentarios tan apasionados sobre la historia de este tapiz y los secretos que guarda. Me interesó mucho lo que nos contó sobre el lenguaje de signos de la época medieval. La última parte de la visita la hicimos literalmente a la carrera porque habíamos quedado a las siete en el autobús. No era cuestión de dejarla con la palabra en la boca y largarse, así pues llegamos unos cinco minutos tarde el grupo que la acompañaba. Baste decir que había escrito un libro sobre una antigua casa de madera y que no le quedó mas remedio que enseñárnosla en la distancia con el dedo. Habíamos violado la segunda ley del turista en un “tour turístico” y claro en el autobús había algún careto más largo de lo normal. Y se preguntarán ustedes ¿para que tanta prisa?  Respuesta: para nada pues ya íbamos camino del hotel. Eran las siete de la tarde y no íbamos a cenar hasta las ocho y media aproximadamente.
En fin me quedo con la fabulosa historia del buen Rey Rene contada por Odele. Y esta otra de otro rey que habitó este castillo de Angers que estaba todo el día guerreando y claro su esposa no quedaba embarazada. El muy animal cuando por fin esta dio a luz una hija en vez de un varón dijo que estaba endemoniada y para probarlo la tiró desde la torre del castillo al río. Como la desdichada sobrevivió decidió que la quemaría en una pira delante de la catedral. Por lo visto era un día de mucho calor y mucho viento y sí,  la quemó a ella y a toda la ciudad.

Día 9. Jueves 24 de Junio. Más castillos del Loira.

La riqueza de los cultivos unido a que el río era navegable atrajo a los vikingos. Esto dio pie a muchas fortificaciones que más tarde sobre todo en la guerra de los 100 años seguían siendo importantes. Durante el renacimiento se reconvierten en residencias primero de la monarquía y después de la nobleza. Por aquí resuena la historia de Juana de Arco que hace resurgir el sentimiento nacionalista francés.
A las diez y poco estábamos en la Abadía de Fontevraud. Este antiguo monasterio fue prisión durante la Revolución 1804-1863. No me gustó mucho este sitio. Desde el autocar vemos muchas cuevas, es el país de los trogloditas según nuestro guía. Como el autocar no cabe por un puente, tenemos que dar un rodeo lo cual nos da la oportunidad de contemplar el espectacular castillo de Saumur.
Tenemos hasta las 13.30 para ver un nuevo castillo: Azay-le-Rideau. Después de comer y con un calor asfixiante visitamos los jardines de Vilandry. Algunos ni lo intentan y prefieren hacer la digestión bajo un árbol. A las 4.45 salimos hacia nuestro hotel situado cerca de  Tours, bastante fartucos ya de ver castillos.  

Día 10. Viernes 25 de Junio. CASTILLOS EN EL AIRE.

Hoy no madrugamos. A las 9.00 emprendemos camino hacia TOURS (el hotel está a 4 kilómetros). Todos estamos un poco cansados ya. Iván nuestro guía me explica la diferencia entre vacaciones y un “tour”. Preciosísima la catedral de TOURS y la Basílica de S. Martín.
A las 11.00 bordeando el Loira nos encaminamos a la ciudad medieval de Amboise. Aquí vivió Leonardo da Vinci.
A las 12.30 autocar y a comer en las inmediaciones del castillo de Chambord con sus torreones y su escalera de doble hélice que se sospecha puede ser obra de Leonardo. Este mega castillo en principio iba a ser  un pabellón de caza para Francisco I.  Solo lo llegó a disfrutar durante 21 días tras más de 20 años que duró su construcción. Ole por el caprichito. Fue saqueado durante la Revolución y después fue cuartel militar. Aquí estamos todos posando delante de la casita.

Castillo de Chambord 

El calor seguía siendo insoportable y por eso la foto está hecha bajo un árbol. Seremos muy turistas pero no somos tontos.
Bien, una vez comidos y visitado Chambord, son las 16,30. Al autocar. Nos dirigimos al Castillo de Chenonceaux. Este castillo tiene una historia muy larga que a cualquiera que le interese puede encontrar en los libros o en Internet. Mismamente en la Wikipedia seguro que algo pone aunque sea mentira. Está construido sobre un río ya que era un antiguo molino. Tras pasar por muchas manos hoy es propiedad de la familia Menier. Mis notas ponen que es el castillo más guapo de los que hemos visto. En el camino de acceso hay unas ratas como nunca antes he visto. No pesarían menos de 2 kilos. Una pena no tener tiempo para hacer una paella.
Por la noche España gana 2-1 a Chile, pero sigue sembrando muchas dudas en su juego. En el hotel tienen el detalle de poner la mesa delante de una gran pantalla para ver el partido mientras cenamos. Algunos siguen queriendo colgar al entrenador.

Día 11. Sábado 26 de Junio. TOURS – LOCHES – CHARTRES.

Hoy ponemos el despertador a la bonita hora de las 6,30 para salir a las 8.00 hacía Loches. Para los que no hicimos la mili esto nos puede dar una idea aproximada. Por cierto el tráfico en Francia, quitando Paris parece mucho más civilizado que el nuestro. No digamos nada de la televisión. Zapeando por todas las cadenas no he encontrado nada aproximado a la basura con la que nos deleitan todos los días en este bendito país.
Llegamos a Loches hacia las 8,40. Había un mercado muy chulo con muchas frutas y verduras. Muy bonita la muralla y la fortaleza medieval.
A las 10,30 salimos hacia Chartres. Su catedral dicen que se ve desde 13 kilómetros de distancia. Llegamos hacía las 13.50. También es muy conocida por sus vidrieras y por su abundante historia que como digo es muy abundante y muy interesante para cualquiera que le interese.
Las vidrieras tienen el famoso “azul de Chartres” único en el mundo, que se consigue mezclando cobalto con polvo de oro. Creo que me he pasado desvelando el secreto. Ahora pueden ustedes probar en casa a ver si lo consiguen. Durante la Revolución hubo una asamblea para decidir como destruir la catedral pero la burocracia y el papeleo la salvó.
Como ya estábamos bastante agotados, algunos intrépidos decidimos coger un trenecito después de comer que nos enseñó todos los secretos de esta hermosa ciudad. Tendría muchas narices que unos turistas como nosotros nos hubiéramos marchado sin subir a un tren turístico.
Al día siguiente despertador a las 7, desayuno a las 7,30, cargamos maletas a las 8,15 y salida hacia el aeropuerto a las 8,30.
El viaje de vuelta transcurre sin novedad. Ni los controladores ni los pilotos nos toman como rehenes para que apoyemos sus justas reivindicaciones.
En fin como decía Iván nuestro guía: ¿“alquitranlaranla”? Y le responde el madrileño: “tranlaranlarinlu”… Es un chiste para iniciados. Otro día se lo cuento entero.