María Luisa Pérez Suárez Esposa de Carlos Glez Gutiérrez (Compañero Jubilado) |
Comenzamos la excursión en Oviedo, unos, fueron en la RENFE, hasta Ablaña, y luego cogieron el ferrocarril de via estrecha FEVE, hasta Collanzo, y desde aquí caminar hasta El Pino, para iniciar la senda de les foces. Hevia, Carlos y yo subimos en el Alsa hasta El Pino, donde iniciamos la ruta. Inicialmente nos dirigimos en dirección Sur hacia el cauce del río Braña, hasta alcanzar la encrucijada del Molín de Peón, cruzamos un pequeño puente, a la izquierda y comenzamos a subir (todo esto está debidamente señalizado), nos llevó 1 h llegar, por cuestas bastantes empinadas, hasta el puente Gavalanceras, pero, merece la pena el sacrificio, pues el paisaje, como podéis comprobar por las fotos que envié, es espectacular y el día era primaveral.
Les Foces del Pino, son un monumento natural, formadas por la erosión en la roca caliza de Peña Redonda, de las aguas del río Pino, que han tallado un desfiladero de paredes casi verticales. Aquí la pista es sustituida por un camino empedrado que nos acompaña en el recorrido de les Foces. Terminando les Foces hay una piedrona, y un indicador ,se puede ir hacia la izda a Peña Redonda y a la dcha a Caniella, y si se sigue por aquí, a Carbayilin y a Vegarada.
Carlos y Hevia subieron hasta Caniella, yo dí la vuelta a mitad de Caniella porque había nieve dura en el camino empedrado, así que, según bajaba sola, iba sacando fotos a Peña Redonda, y cabañas desperdigadas por las laderas de las montañas cubiertas aún con bastante nieve, y que con el día que hacía, radiante, daba un espectáculo luminoso y de verdor inigualable.
Al bajar, paramos, en Molin de Peón, antigua minicentral, y hoy es criadero de alevines, nos lo enseñó Manolo, un amigo de Carlos, merece la pena verlo. Llegamos de nuevo al Pino, para proseguir, caminando hasta Felechosa, donde nos aguardaba un sabroso menú de carnaval, en el restaurante Torres. Tras una buena comida y agradable sobremesa entre todos los comensales, volvimos a recorrer el trayecto hasta Collanzo, donde nos esperaba el tren o el Alsa para regresar a nuestras casas.