CRÓNICAS 2008

MADRID

Antonia M. Glez. Lozano

Compañera de la Caja, en la Of. Carretera Carbonera

No se qué saldrá de esto, pero me tocó contaros a todos nuestro viaje a Madrid a principios de abril para ver el musical “Jesucristo Superstar”.  Aunque lo de escribir es para mí una afición frustrada, reconozco que soy muy mala narradora, por lo que sea lo que Dios quiera.

Salimos el sábado 5 de abril de Gijón a las 7 de la mañana y un poco atontaos por el madrugón y tras pasar por Avilés a recoger a otros tres o cuatro, llegamos a Oviedo, donde subieron la mayoría de los viajeros.   Y después de una paradina en Benavente al cafetín y demás, proseguimos camino hasta la capital, donde llegamos cerca de las 2 de la tarde.

Una vez en el hotel, muy cerca de la Gran Vía, y como teníamos el resto del día libre hasta la hora del teatro, tocó paseín y cervecitas y vamos a ver dónde comemos que tengo mucha fame.

A las 9 nos dirigimos al Teatro Lope de Vega, en la Gran Vía para ver “Jesucristo Superstar”.    Si te gustan los musicales, aunque no te apasione el tema, cien por cien recomendada.

Tras otro madrugón y un buen desayuno, de vuelta al autocar de visita a la ciudad de Alcalá de Henares, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, por ser la primera ciudad universitaria planificada como tal de todo el mundo  y patrimonio natural por la gran cantidad de parejas de cigüeñas censadas.

Acompañados de un experto guía, partiendo de la Puerta de Madrid, donde posamos para la foto de rigor,  recorrimos la Calle Mayor, eje comercial de Alcalá desde el siglo XIII, visitamos la Casa Natal de Cervantes, el Hospital de Antezana, ejemplo de arquitectura civil gótico-mudéjar, el Corral de Comedias o Corral de los  Zapateros (el más antiguo de España documentado), el Colegio Mayor de San Ildefonso, una joya del patrimonio complutense de fachada plateresca cuya primera piedra fue puesta por Cisneros, con sus  tres patios, el de los Filósofos, el Trilingüe y el de Sto. Tomás de Villanueva y  el Paraninfo, sede de la entrega de los premios Cervantes, la Capilla universitaria, dedicada también a San Ildefonso, donde está el sepulcro del cardenal Cisneros y……..  creo que nada más.

Y menos mal, porque se acercaba ya la hora de comer y, por lo menos yo, no muy aficionada al turismo cultural y más al gastronómico-festivo, ya empezaba a acordarme del prometido cochinillo en Arévalo.  Así que todos de vuelta otra vez al autocar en dirección al restaurante, a comer, muy bueno, por cierto, y con el sopor propio de la hora de la siesta, emprendimos viaje de vuelta a Asturias, llegando los últimos a Gijón sobre las 22:00 (qué horror, el lunes hay que volver al trabajo).

Muy agradecida a todos los responsables de que todo haya salido tan bien…. y  no tan agradecida por haberme caído el marrón de elaborar esta crónica….  Es broma, eh?

Espero os hay gustado; de todos modos, ya avisé primero que escribir no es lo mío.

Hasta pronto a todos.