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Pilar Penedo Novo Esposa de nuestro compañero Rafael Pedregal, del Departamento de Administración de Inmovilizado. |
Iniciamos un nuevo viaje de fin de semana rumbo a Madrid. A las 7 h. 30' de la mañana vamos llegando poco a poco a la Plaza de la Gesta el grupo de excursionistas de Oviedo; Hola que tal, como tendremos el fin de semana, etc., una compañera de viaje nos comunica que su marido esta indispuesto, que no puede viajar, lo sentimos pues es un amigo simpático y divertido, en su lugar viaja su hija que con su belleza, simpatía y juventud nos deleita durante todo el fin de semana.
Con la puntualidad acostumbrada llega el autobús de Llaneza ya con las personas del grupo que había recogido en Avilés y comenzamos a ocupar nuestros asientos. Después de unos minutos de espera por un compañero al que se le habían pegado un poco las sabanas nos dirigimos hacia Mieres para recoger al resto de pasajeros. Después de pasar el Negrón, Viso me pide que sea la cronista de este viaje lo cual hago encantada. Con una breve parada para desayunar seguimos rumbo a la Capital, unos charlando, otros hojeando la prensa y otros echando el pigacín.
A la hora prevista llegamos al Hotel Tryp Menfis, en plena Gran Vía donde nos esperaba la mujer e hija del compañero dormilón. (Ahora sabemos el porque del retraso). Después de instalamos en las habitaciones del Hotel salimos a comer, más o menos en grupos, en mi grupo se encontraba la hija de un compañero que trabajando en Madrid y siendo muy conocedora de los restaurantes de moda nos guió a uno de ellos en el cual comimos muy bien con unos platos muy elaborados y exóticos. Después del almuerzo y como llovía mucho, los hombres a dormir la siesta y las mujeres, ya se sabe, de compras.
Sobre
las 20 horas nos dirigimos al Hotel para cambiamos y salir a picar algo,
puesto que el Musical, según nos informó Viso,
empezaba a las 22 h. 30' y
era bastante largo. Después de la cena nos dirigimos al Teatro, llovía
intensamente, estuvimos un buen rato a la cola para entrar, menos mal que
como buenos asturianos, previsores, estamos preparados y siempre nos
acompaña el pequeño paraguas plegable. En el popular teatro Rialto, hoy en
día bautizado como Teatro Movistar, hemos asistido al musical "Hoy no me
puedo levantar", un fantástico espectáculo creado por Nacho Cano. La primera
parte lenta y sobrada de gestos, dio paso a una segunda la cual entusiasmó a
una gran mayoría. Os puedo decir que el escenario es muy peculiar y bonito
por las alturas que dispone haciendo la obra espectacular. Hemos estado
hasta pasadas las tres de la madrugada, aunque algunos compañeros se fueron
en el descanso, bien por que estaban un poco cansados o que el musical no
era lo que ellos esperaban.
Suena el teléfono, nos despiertan de recepción, buenos días señores son las 7 h 30' . Tenemos un día muy duro por delante, en primer lugar corre Fernando Alonso en Malasia, ponemos la tele para ver el inicio de la carrera que es a las 8 h, después de una salida espectacular donde paso del séptimo al tercero, bajamos rápidamente a desayunar puesto que a las 8 h 30' teníamos la salida del Hotel.
Luis, el conductor, un allerano muy prudente, nos conduce hacia El Escorial y para relajar nos pone unos boleros de Los Panchos pero inmediatamente son interrumpidos porque el interés esta en la F-1 y nos enteramos del segundo puesto que logro Fernando Alonso en la carrera. Llegamos al Monasterio de El Escorial donde nos esperaban los guías Rafael y Carlos, bajo una intensa lluvia nos dirigimos a la entrada donde nos dividimos en dos grupos.
Este inmenso rectángulo de El Escorial agrupa varias funciones pero básicamente fue concebido como monasterio de monjes de la orden de San Jerónimo cuya Iglesia sirviese como panteón del emperador Carlos V y de su mujer, así como de su hijo Felipe II, sus familiares y sucesores, y donde los frailes orasen ininterrumpidamente por la salvación de las personas reales.
El Escorial no puede considerarse en absoluto obra de un arquitecto, sino fruto de una compleja colaboración en la que destacan Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera.
Durante el recorrido
visitamos: La casa del Rey, que pese a sus modestas
proporciones y aspecto, ocupa una posición simbólica en el eje central de edificio,
estrechamente unida al santuario. El Panteón de los Reyes que es una
cámara circular cubierta en la actualidad de mármoles y bronces. El
Panteón de los Infantes que fue construido por iniciativa de Isabel II que esta presidido por un altar y revestido de mármol. La Basílica es la gran iglesia conventual que es la verdadera razón de ser de El Escorial.
Al salir de la Basílica cruzamos el patio de los Reyes para llegar a la
Biblioteca que es una dependencia alegre y muy luminosa pues tiene siete
ventanas al Patio de Reyes y cinco a la Lonja, 55 metros de largo y 10
de ancho. Deslumbra por la riqueza de sus estanterías y de sus pinturas
al fresco. Los estantes son de maderas de Indias sobre zócalos de mármol
y en ellas, nos sorprendió que los libros están colocados con los cantos
de las hojas hacia fuera para que el papel "respire" y los cortes de las
hojas dorados se entrevén a través de la tela de alambre lo que hace que
desde el suelo a la cumbre esté o pintada o cubierta de oro.
En resumen que mejor que comentario es visitarlo por la grandiosidad de todas las obras de arte que alberga.
Una vez concluida la
visita nos dirigimos hacia Arévalo para degustar en el Tostón de Oro los
típicos platos de cochinillo y lechazo y que como en otras ocasiones
siempre invita a volver.
Después del almuerzo salida de regreso hacia los puntos de partida que tras una buena siesta y una breve parada llegamos felizmente a Oviedo sobre las 21 horas. Deseando les haya gustado esta crónica y animándoles a que viajen con el Grupo que tan bien dirige Viso nos vemos en el próximo viaje a Navarra.
Hoy, no me puedo levantar, el fin de semana me dejó fatal...