José Manuel Villanueva Compañero jubilado de la Caja |
Tras recoger a los viajeros en los lugares habituales de embarque el 15 de junio iniciamos la excursión a la acogedora y bonita autonomía de Galicia.
Nuestro destino, la localidad de Portonovo, en la proximidad de la plaza de Caneliñas, nombre también de un hotel, que fue sustituto del inicialmente previsto Hotel Altariño, de la misma empresa. De el mismo debemos señalar que todos venimos encantados, pues además lo ocupamos casi en su totalidad por nuestra expedición lo que le dio más calor a la convivencia.
La playa disfrutada a diario, limpia y acogedora, gozó de un clima soleado para mayor gloria.
Ésta localidad de Portonovo está a dos kilómetros de Sanxenxo, hermosa localidad también y tiene una senda magnifica que las comunica, la cual fue frecuentada por todos en distintos momentos, excepto por un compañero, Hevia, que todos los días superaba caminatas de 15 a 20 kilómetros como mínimo, alguien decía que está preparando una próxima olimpiada.
El día 16 visitamos Cambados, villa antigua con Iglesia, cementerio, museos, etc. que casi todos vimos a través del tranvía que recorre la villa.
El día 17 nos fuimos a Vigo, con visita fundamentalmente al puerto y a la parte vieja acompañados por una guía local.
El día 18 se viajó en catamarán, con salida de Portonovo, a las islas Ons, no pude acompañarlos, pero me señalaron que lo pasaron bien, y mereció la pena el viaje.
El día 20 la visita a la Toja y el Grove, con pincheo, que como es habitual encantó a todos.
El día 21 nos desplazamos a Orense, con la clásica visita a las Burgas, la tan conocida fuente de aguas termales, y con un guía enteradísimo se visitó la parte vieja, y desde el autobús un recorrido por toda la capital. Se efectuó la comida en un pazo famoso en la zona (situado en las afueras de la capital) y contratado por familiares de Viso, un coordinador de ruta, secundado por Luis, y con la ayuda de José Luis, que, como siempre, actúa en la sombra. A la tarde nos esperaba la ruta en catamarán por la ya famosa Ribera Sacra, un viaje sobre aguas embalsadas del Río Sil, con una belleza impresionante.
El día 22, a la tarde, se realizó una visita a Pontevedra (aquí parece que no se pudo contratar guía) y cada uno visitó la ciudad por su cuenta. Por cierto, como saben, esta llena de iglesias y monumentos.
El día 23 viajamos al norte de Portugal, con visitas a Caminha, Viana do Castelo y Valença do Minho, donde comimos. Como siempre magnífica visita, con hermosas vistas, pues aunque casi todos las conocemos, siempre agrada volver a contemplarlas.
El día 24 visitamos Combarro donde se conservan las casas y hórreos mas antiguos de Galicia.
Inútil sería decir que se comunicó los días de mercado de las zonas para deleite del género femenino, que les encantan estos festivales; en Portonovo eran los lunes y jueves.
También que el autocar realizó en los viajes largos, las paradas obligadas, y que en este viaje el conductor, Emilio, veterano conocedor de las rutas, hizo honor al buen hacer de la empresa Llaneza sin demérito, naturalmente para los chóferes anteriores que también son excepcionales.
Como anécdotas, señalar que por una caída en la playa resultó con rotura de tobillo Argentina, de Luanco, que una vez escayolada se quedó con nosotros hasta el final, ayudada por su marido lógicamente, y por su compañera Cuca, quien le hizo de camarera con gran cariño, diligencia y a nosotros nos amenizó la velada del último día en el hotel, en el momento de la queimada, con canciones y comentarios jocosos.
Los comentarios de micrófono de a bordo, por delicadeza de Vigo, los llevó Luis, que nos deleitó al estilo de “Chiquito de la Calzada”, pero mejor, algunos le bautizamos como el “Chiquito de Cabañaquinta”, gracia por arrobas en sus comentarios. Pero cuando toca, también sabe ser genial cuando el 27, día de nuestro retorno a casa, con Parada al medio día en Santiago, dijo que ya que íbamos a visitar al Patrón de España y abrazarlo, que no dejáramos de rogarle que ayude a una habitual viajera, Maria Carmen (esposa de un compañero de fatigas, Toni), a que se recupere de la depresión que la aqueja, y que le impide estar con nosotros. Hermoso detalle que todos hicieron seguro en la misa de doce.
Con la visita a Santiago, dimos por terminado un caminar por esta Galicia cada vez mas encantadora.
Y alabar el compañerismo de todos cada vez más unidos, pues la mayoría casi nos consideramos de la familia.
Hasta una próxima vez. Un saludo cordial a todos.